lunes, 21 de noviembre de 2016

HOY PENSÉ EN DESTRUIRME, PERO SÓLO ME QUITÉ UNA MÁSCARA

Con antelación he visto publicaciones donde expresan que la vida íntima de las personas ajenas les vale m... a la gran mayoría; sin embargo, con está narración pretendo que se convierta en un testimonio de Vida y de Lucha para quien pueda servirle.
 
 
Hace unos minutos iba a destruirme, literal. Llegué, al fin, a tocar fondo (después de más de 11 años de renacido).

Después de algunos días muy difíciles, de peleas muy bélicas, cancinas y devastadoras con mi progenitora. Después de malestares de salud, de luchas internas con los demonios que me asaltan, después de más de una década de mantener una máscara de firmeza, resiliencia, de 'todo marcha bien con los que me rodean', de 'fingir y mentir que vivo en una cápsula de amor y acogimiento', de 'no mostrar mi furia cuando tengo tropiezos o cuando me entero de que me circundan muchos come santos y caga diablos', pero sobre todo de ser preparado desde pequeño y auto entrenarme hoy día para enfrentar el diario vivir (con sus respectivas decisiones y consecuencias) incluso a la muerte y 'no quebrarme', por fin llegó el momento donde me doblé.

Se preguntarán:
—¿Y este por qué publica en Conciencia Social Córdoba un tema muy personal?

Simplemente porque es mi testimonio de vida, de una Persona con Discapacidad.

¿Pasamos a los detalles?
Hoy tuve otra batalla bélica con mi madre, hasta ahora no comprendo porque sigo teniendo la sensación de que fue la peor, la más desoladora. Nos dijimos cosas sumamente hirientes, pero un servidor al traer mucho a espalda, "fue la gota que derramó el vaso", me dejó vacío totalmente.
Después de que terminó todo ella fue al mini supermercado que no está muy lejos y me quedé totalmente solo.
Como un torbellino muy destructor pensamientos, sentimientos (ira, frustración, tristeza, depresión, etc.), todo lo negativo, acudieron a mi encuentro en la soledad absoluta de mi casa. Yo quebrado desde hace ya un tiempo, pues, ya se imaginarán...

En mi recámara tengo una adaptación donde me ejército y de la cual penden un saco de golpeo y unas cuerdas a mi alcance; estas últimas tienen unos amarres en forma de aro para que ayudándome con mis muñecas (porque no tengo fuerza ni movilidad alguna en mis dedos) pueda movilizarme.

Cual Caballo de Troya mis demonios internos acometieron con estas armas a su favor y, cuando pasó mi cegador frenesí de depresión, me percaté que ya tenía la cabeza metida en uno de estos aros y en la orilla de mi cama dispuesto a aventarme.

Como el título dice, había tomado inconscientemente la decisión de destruirme pero, al volver a tomar la rienda de mi presente, me percaté que:

*Iba a ser uno más de los suicidas de mi colonia.
*Posteriormente (más rápido que tarde) iba a ser una noticia más, ridícula y olvidada en la sección policíaca de los diarios.
*NO sería una determinación COHERENTE para resolver los problemas.
*Según mi credo, NO LLEVARÍA A BUEN RUMBO A MI ESPÍRITU ya que estaría destruyendo el preciado templo que el Supremo me regaló.
*PERO SOBRE TODO, MIS ANHELOS, METAS Y ASPIRACIONES DE AYUDAR NO IBAN A SER CRISTALIZADAS Y HABRÍA VIVIDO EN VANO.

¿Por qué escribo esto?
Aquí en mi colonia ya han sido varios niños, adolescentes, adultos, masculino y femenino, los que se vieron envueltos en una situación de frenesí como la mía; ahora sé que al igual que yo no temieron a la muerte. Infortunadamente ellos no tuvieron el 'chispazo' de último momento de consciencia mental, sentimental y espiritual que el Padre Celestial, mi amor propio y mi compromiso y entrega social por contribuir, me regalaron para echarme para atrás.

Así que si te ves envuelto/a tocando fondo espero que el relato de esta Persona con Discapacidad te llegue a tiempo como una herramienta para que eches atrás y mi frase también te sirva de inspiración para continuar:

"Arriba, Ánimo y Adelante, que si yo pude, Tú Puedes Más"

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ayúdanos a crecer con tus comentarlos o dudas. Muchas gracias.

P. D. Te invitamos a visitar https://wikicomo.com/.