domingo, 31 de enero de 2016

¿QUIÉN SALVARÁ A MI H. CÓRDOBA-LAS, A MI VERACRUZ, A MI REPÚBLICA MEXICANA?

Mientras me ejercitaba en mi casa (haciendo terapia física golpeando a Mi Fabuloso Costal de Boxeo adaptado) esta tarde dominguera, escuchaba música de Panteón Rococo (Quiénes exclaman: Contribuimos a un movimiento social).

Antes de seguir contándoles más, analizémos la letra de la canción que me puso a reflexionar...
 

Es la ciudad de la esperanza.
Es un perro que nunca me alcanza.
Que me tira la mordida
Mientras corro por mi vida.

Es la trinchera que me convierte en fiera.
Cárcel gigante, de millones de habitantes
Que no quieren saber nada de nada
Con el relój corriendo por sus venas
Y la vida que se va con tantas penas.

Más aprisa el mundo se alista
Y va en el metro con tanto aprieto.
Y a las mujeres les meten mano
Hasta en lugares que pa'que te cuento.

Y en la calle, el despapaye
Tráfico intenso, ambiente denso.
Uno se pasa un alto
Otro comete un asalto.

La gente amontonada
En los servicios y en la embajada
Y en las instancias de gobierno
Todas las colas son un infierno.

Y no hay nadie que yo vea.

Que el descontento social
Ya no es nada anormal.
Hasta en un hospital
Te tratan como un animal.

Es la ciudad de la esperanza,
Donde extorsionan a toda la raza
Donde todo el mundo se rasca la panza
Donde todo el mundo se pasa de lanza.

Donde los sueños se han vuelto pasajeros inocentes
Temorosos en un microbus.
Y para que se haga justicia
Tu tienes que caerte siempre con una luz.

Así funciona la cosa.
Así de loca la cosa.
Así funciona la cosa.
Así de loca la cosa.

¡Oh, oh, oh! es lo que traigo aquí.
Un sentimiento que me quiere salir.
Vivo en México, Distrito Federal
Donde unos la pasan chido
Y el grueso la pasan mal.

Sin embargo
Lo que aprendo a diario
Es a entender, solucionar
Sobrevivir y expandirme
¡Para poder comprender! ¡para poder entender!

Es la ciudad de la esperanza
Donde el dinero nunca te alcanza
Donde la banda se pasa de lanza
Ahi viene el perro, ¡corre que te alcanza!

Es la ciudad de la esperanza
Llena de angustia y también de ansia.
Treinta millones de cabezas
Buscando la fortuna entre la desventura
De haber nacido ahí
De haber dejado todo allá
Y venirse para acá.

Entre el asfalto y el esmog.
Entre el estrés y la extorsion.
 
 
Específicamente se refiere al futuro trigésimo segundo estado de nuestro México lo sé, pero esta situación ya no es exclusiva de esta zona, se ha convertido en "el pan nuestro de cada día" en toda la República, en mi estado, en mi H. Córdoba-las.

Se acercan tiempos electorales, están a la vuelta de la esquina, y me viene a la cabeza la pregunta:

¿QUIÉN SALVARÁ A MI H. CÓRDOBA-LAS, A MI VERACRUZ, A MI REPÚBLICA MEXICANA?

Recordémos a: "La Tercera Ley Fundamental de la Estupidez Humana"
 
Y su apartado:
ESTUPIDEZ Y PODER

viernes, 29 de enero de 2016

¡CONÓCEME A TRAVÉS DE UN LIBRO!

Buena noche estimados lectores, espero que se encuentren excelente; una vez más quiero contarles de mí, que me conozcan a través de los consejos de un excelente libro que leí esta tarde.
Estos son, redundo, lo que me caracteriza y lo que en un futuro quiero cumplir en mi vida. Espero a ustedes también les sirva tanto esta lectura, como a un servidor.
Gracias por su atención prestada. Seguimos en contacto.
¡ARRIBA, ÁNIMO Y ADELANTE!

P. D. El libro consta de 511 en total, recomiendo ampliamente su lectura. Al final viene el título y el autor.



*Nunca pidas un consejo de negocios a un contador o un abogado; están entrenados para encontrar problemas, no soluciones.

*Recuerda que el éxito de la noche a la mañana generalmente toma cerca de quince años.

*Promete en grande. Cumple en grande.

*Recuerda que un matrimonio (o noviazgo) feliz depende de
dos cosas:
1) encontrar a la persona adecuada
y
2) ser la persona adecuada.

*Juzga tu éxito por el grado en que disfrutes de
paz, salud y amor.

*No digas que te falta tiempo. Tienes exactamente el mismo número de horas por día que las que recibieron Helen Keller,
Pasteur, Miguel Ángel, la Madre Teresa, Leonardo da Vinci y Albert Einstein.

*No demores en actuar ante una buena idea. Las posibilidades son de que alguien también lo haya pensado. El éxito será para quien actúe primero.

*De vez en cuando prueba tu suerte.

*Vive en tal forma que tu epitafio pueda decir:
«sin remordimientos».

*En lo que respecta a guardarropa y a mobiliario: si crees que los utilizarás por cinco años o más, compra lo mejor que puedas.

*Sé atrevido y tenaz. Cuando mires tu vida retrospectivamente, lamentarás más lo que no
hiciste, que lo que realizaste.

*Nunca desperdicies la oportunidad de expresar tu amor.

*Adquiere un buen diccionario.

*Recuerda los tres aspectos más importantes cuando compres una casa: ubicación, ubicación y ubicación.

*Si alguien te ha prestado un servicio y no sabe cuánto cobrarte, pregúntale: ¿Cuánto es lo que considera usted justo?

*Encuentra todos los días la forma de mejorar en algo tu matrimonio (o noviazgo).

*Busca la forma de superarte cada día en tu
trabajo.

*Obtén las cosas a la manera antigua: ahorra y págalas de contado.

*Nada más por ver qué se siente, abstente de criticar las próximas veinticuatro horas.

*Trabaja duro para crear en tus hijos una buena autoimagen. Es lo más importante que puedes hacer para asegurar su éxito.

*Destina una tarde a la semana sólo para tu pareja y tú.

*Olvida los comités. Las ideas nuevas, nobles y que cambian al mundo provienen de una persona que trabaja sola.

*Comprende que la felicidad no se basa en las posesiones, poder o prestigio, sino en las relaciones con las personas que amas y respetas.

*Cuando tengas una enfermedad seria, busca la opinión de tres médicos cuando menos.

*Permanece con la mente abierta, flexible, curiosa.

*Comienza tus juntas a tiempo, aun cuando alguien falte.

*No te dejes intimidar por los doctores o las enfermeras. Aun cuando estés en el hospital, sigue siendo tu cuerpo.

*Libra una guerra contra la basura.

*Envía muchas tarjetas en el Día de la Amistad. Fírmalas como «alguien que piensa que eres increíble».

*Cuando tu pareja y tú discutan, independientemente de quién esté equivocado, discúlpate. Dile: «Perdóname por molestarte. ¿Me perdonas?». Estas palabras curan las
heridas y son mágicas.

*No presumas tu éxito, pero tampoco pidas disculpas por él.

*Entusiásmate ante el éxito de otros.

*Define bien tus prioridades. Nadie ha dicho en su lecho de muerte: Caray, ¡si tan sólo hubiera pasado más tiempo en mi oficina…!

*Cuida tu reputación, es lo más valioso que tienes.

*Firma y lleva siempre contigo tu tarjeta que te acredita como donador de órganos.

*Comparte el crédito.

*Adquiere conocimientos básicos de tres religiones aparte de la tuya.

*Contesta el teléfono con voz enérgica y entusiasta.

*Cada persona que conoces sabe algo que tú no; aprende de ella.

*Graba la risa de tus padres.

*Hazlo bien la primera vez.

*Nunca subestimes el poder de una palabra o una acción amables.

*Realiza simulacros familiares ante emergencias. Asegúrate que todos sepan qué hacer en caso de un incendio.

*No temas decir: No sé.

*No temas decir: Me equivoqué.

*No temas decir: Necesito ayuda.

*No temas decir: Lo siento.

*Nunca comprometas tu integridad.

*Conserva lápiz y papel en tu mesa de noche. Las ideas millonarias surgen a veces a las 3 am.

*Envíale flores a tu amada. Piensa después en una razón para hacerlo.

*Cuando encuentres un trabajo ideal, tómalo sin considerar la paga. Si en verdad lo es, tu salario reflejará pronto tu valor para la compañía.

*No utilices el tiempo o las palabras despreocupadamente. Ninguno de los dos puede recuperarse.

*Busca oportunidades para hacer sentir importantes a los demás.

*Mantén la mente abierta a las nuevas ideas.

*No te pierdas de la magia del momento por concentrarte en lo que va después.

*Cuando hables ante la prensa, recuerda que siempre tiene la última palabra.

*No te precipites al tomar una decisión importante. Las personas comprenderán que desees tomar tu tiempo para reflexionar y regresar al día siguiente.

*Siempre debes estar preparado. Nunca tienes una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión.

*Recorre todo el trayecto. Cuando aceptes una tarea, conclúyela.

*Agradece antes de cada comida.

*No insistas en manejar la vida de alguien más.

*Observa los grandes problemas. Ellos disfrazan a las grandes oportunidades.

*Nunca admitas en tu trabajo que estás cansado, enojado o aburrido.

*Ahorra el diez por ciento de lo que ganes.

*Cuestiona tus objetivos preguntándote si te ayudarán a volverte lo mejor posible.

*Comprométete con la calidad.

*Sé un dirigente. Recuerda que el perro que encabeza el trineo es el único que tiene una vista decente.

*Nunca subestimes el poder de las palabras para aliviar y reconciliar las relaciones.

*Tu mente puede sostener un solo pensamiento a la vez; que éste sea positivo y constructivo.

*Conviértete en el héroe de alguien.

*Cásate sólo por amor.

*Cuenta las bendiciones que has recibido.


JACKSON BROWN, JR; "Life's Little Instruction Book".

viernes, 22 de enero de 2016

EL AMOR EN LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD

Hola, ¿cómo están mis queridos lectores?

Saben, hoy pretendo que reflexionemos algo tan errado y común que cruza en la imaginación de las personas convencionales acerca de las Personas con Discapacidad:

*Que somos u nos convertimos en tiernos y platónicos seres asexuados*

¡En verdad! Existen compendios de este tan extenso tema que tratan de explicar que no sólo podemos enamorarnos, también ejercemos una sexualidad como tantos otros, sólo hay casos especiales en dónde no es así, pero amamos, nos apasionamos, celamos, tenemos sexo, existen diferencias en las preferencias sexuales, en fin, todo lo que está alrededor del tema del amor.

¡Bueno, bueno! Hoy quiero compartirles un escrito "meloso" pero intenso, de inspiración de un servidor. En el se darán cuenta de lo que escribo anteriormente, ojalá les guste y los lleve a la comprensión de que la próxima vez que se topen con una Persona con Discapacidad, ¡cuidado porque puede enamorarse intensamente de usted!

Saludos.
 
 
22-01-16; 08:50 am

¿Qué poder posees mujer?
Que podemos tener una noche bélica y encendida
Y al mirar tu hermoso rostro al otro día
Posees la cualidad de calmar todo mi ser.

Me enamoras con esa cara de Muñequita
Me seduces con esa bella sonrisa
Y me estremeces con tan tierna mirada

Defectos: muchos
Cualidades: vastas
Belleza: insuperable
Hermosura: como la de diamante

Es la radiografía de un ser humano normal
Sin embargo, tú mujer, me pareces excepcional
No te diré que me haces falta
Te diré que me sobras

Pero no te alarmes. Digo que me sobras
Porque hay tanto de ti en mí
Que todo mi ser no es suficiente
Para abarcar mujer tan prominente

Así es Mujer, radiografía que hace este hombre enamorado. ¿Cuándo entenderás? ¿Cuándo te atreverás? Créeme que sólo hay un hombre aparte de un servidor, al cual le pareces la mujer más bella de la galaxia.
Él te dio mucho: vida, amor, formación, educación. Y seguirá dándote más hasta que parta a ese viaje celestial.
Hoy yo quiero unirme a su empresa de adorar a tan hermosa princesa.

¡Permíteme entrar en tu mundo!
¡Únamonos a caminar un mismo rumbo!
Pero no me dejes aquí en soledad.
No permitas que mi única oportunidad se extinga.
Sólo déjame amarte sin piedad.

Algún intérprete exclamó:
– ¡Te amaré!, te amaré como no está permitido.

Bueno pues, yo quiero copiarle ese estilo. –Mañana no sabemos– eso has dicho varias veces. Te otorgo la razón y es por ello que hoy, en el presente, te extiendo esta invitación a lo desconocido construyendo con base en lo ya tan clásico y conocido.

Ya tenía tiempo que no te escribía, pero sabes que soy hombre de momentos, de inspiración, de negociación y con base en esas características inicio nuevamente la reconquista, que así como los besos, te dije alguna vez que no debía desaparecer.

Tomando como premisa la ultima de las características que menciono, quiero hacer mediación y pedirte que tú también me conquistes.
Desde aquella vez que llegaste partiendo plaza y te vi, soy tuyo, y así me despido...
 
— Christian Alberto Hernández Vargas; "Pensando" —

lunes, 18 de enero de 2016

LA QUINTA LEY FUNDAMENTAL DE LA ESTUPIDEZ HUMANA

Es preciso añadir que de las cinco leyes fundamentales la Quinta es, desde luego, la más conocida y su corolario se cita con mucha frecuencia. Esta ley afirma que:

La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe.

El corolario de la ley dice así:

El estúpido es más peligroso que el malvado.

La formulación de la ley y de su corolario es aún del tipo "micro". Sin embargo, tal como hemos anunciado antes, la ley y su corolario tienen profundas implicaciones de naturaleza "macro".

El punto esencial que hay que tener en cuenta es éste: el resultado de la acción de un malvado perfecto representa pura y simplemente una transferencia de riqueza y/o bienestar. El malvado perfecto, con su acción, habrá añadido un "más " a su cuenta, "más" que equivaldrá exactamente al "menos" que ha ocasionado a otra persona. La sociedad en su conjunto no ha salido ni beneficiada ni perjudicada. Si todos los miembros de una sociedad fuesen malvados perfectos, la sociedad quedaría en una situación estancada, pero no se producirían grandes desastres. Todo quedaría reducido a transferencias masivas de riqueza y bienestar a favor de aquellos que actúan malvadamente.

Si todos los miembros de una sociedad actuaran malvadamente por turnos regulares, no solamente la sociedad entera, sino incluso cada uno de los individuos, se hallaría en un estado de perfecta estabilidad.

Pero cuando los estúpidos entran en acción, las cosas cambian completamente. Las personas estúpidas ocasionan pérdidas a otras personas sin obtener ningún beneficio para ellas mismas. Por consiguiente, la sociedad entera se empobrece.

Dicho con otras palabras. Los incautos dotados de rasgos de inteligencia superiores a la media de su categoría, así como los malvados con rasgos de inteligencia y sobre todo, los inteligentes, contribuyen todos, aunque en grado diverso, a aumentar el bienestar de la sociedad.

Por otra parte, los malvados con rasgos de estupidez y los incautos con rasgos de estupidez no hacen sino añadir pérdidas a las ya causadas por las personas estúpidas, aumentando de este modo el nefasto poder
destructivo de estas últimas.

Todo esto nos sugiere algunas reflexiones sobre los resultados que se dan en las sociedades. Según la Segunda Ley Fundamental, la fracción de gente estúpida es una constante, que no se ve influida por el tiempo,
espacio, raza, clase o cualquier otra variante histórica o sociocultural. Sería un grave error creer que el número de los estúpidos es más elevado en una sociedad en decadencia que en una sociedad en ascenso. Ambas se ven aquejadas por el mismo porcentaje de estúpidos. La diferencia entre ambas sociedades reside en el hecho de que en la sociedad en declive:

a) los miembros estúpidos de la sociedad se vuelven más activos por la actuación permisiva de los otros miembros;
b) se produce un cambio en la composición de la población de los no estúpidos.

Esta hipótesis teórica se ve abundantemente confirmada por un exhaustivo análisis de casos históricos. En efecto, el análisis histórico nos permite reformular las conclusiones teóricas de un modo más concreto y con detalles más realistas.

Tanto si consideramos la época clásica como la medieval, la moderna o contemporánea, nos impresiona el hecho de que todo país en ascenso tiene su inevitable porcentaje de personas estúpidas. Sin embargo, un país
en ascenso tiene también un porcentaje insólitamente alto de individuos inteligentes que procuran tener controlada la fracción de estúpidos, y que, al mismo tiempo, producen para ellos mismos y para los otros miembros de la comunidad ganancias suficientes como para que el progreso sea un hecho.

En un país en decadencia, el porcentaje de individuos estúpidos sigue siendo igual; sin embargo, en el resto de la población se observa, sobre todo entre los individuos que están en el poder, una alarmante proliferación de malvados con un elevado porcentaje de estupidez y, entre los que no están en el poder, un igualmente alarmante crecimiento del número de los incautos.

Tal cambio en la composición de la población de los no estúpidos refuerza, inevitablemente, el poder destructivo de la fracción de los estúpidos, y conduce al país a la ruina.
 
 
Carlo M. Cipolla
LAS LEYES FUNDAMENTALES
DE LA ESTUPIDEZ HUMANA

domingo, 17 de enero de 2016

LA CUARTA LEY FUNDAMENTAL DE LA ESTUPIDEZ

No hay que asombrarse de que las personas incautas generalmente no reconozcan la peligrosidad de las personas estúpidas. El hecho no representa sino una manifestación más de su falta de previsión. Pero lo que resulta verdaderamente sorprendente es que tampoco las personas inteligentes ni las malvadas consiguen muchas veces reconocer el poder devastador y destructor de la estupidez. Es extremadamente difícil explicar por qué sucede esto.

Se puede tan sólo formular la hipótesis de que a menudo tanto los inteligentes como los malvados, cuando son abordados por individuos estúpidos, cometen el error de abandonarse a los sentimientos de autocomplacencia y desprecio, en vez de segregar inmediatamente cantidades mayores de adrenalina y preparar la defensa.

Generalmente, se tiende incluso a creer que una persona estúpida sólo se hace daño a sí misma, pero esto significa que se está confundiendo la estupidez con la candidez. A veces hasta se puede caer en la tentación de asociarse con un individuo estúpido con el objeto de utilizarlo en provecho propio. Tal maniobra no puede tener más que efectos desastrosos porque:
a) está basada en la total incomprensión de la naturaleza esencial de la estupidez y
b) da a la persona estúpida oportunidad de desarrollar posteriormente sus capacidades.

Uno puede hacerse la ilusión de que está manipulando a una persona estúpida y, hasta cierto punto, puede que incluso lo consiga. Pero debido al comportamiento errático del estúpido, no se pueden prever todas sus acciones y reacciones, y muy pronto uno se verá arruinado y destruido por sus imprevisibles acciones.

Todo esto aparece claramente sintetizado en la Cuarta Ley Fundamental, que afirma:

Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia, tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como costosísimo error.

A lo largo de los siglos, en la vida pública y privada, innumerables personas no han tenido en cuenta la Cuarta Ley Fundamental y esto ha ocasionado pérdidas incalculables a la humanidad.
 
 
Carlo M. Cipolla
LAS LEYES FUNDAMENTALES
DE LA ESTUPIDEZ HUMANA

sábado, 16 de enero de 2016

EL PODER DE LA ESTUPIDEZ

No resulta difícil comprender de qué manera el poder político, económico o burocrático aumenta el
potencial nocivo de una persona estúpida. Pero nos queda aún por explicar y entender qué es lo que básicamente vuelve peligrosa a una persona estúpida; en otras palabras, en qué consiste el poder de la estupidez.

Esencialmente, los estúpidos son peligrosos y funestos porque a las personas razonables les resulta difícil imaginar y entender un comportamiento estúpido. Una persona inteligente puede entender la lógica de un malvado.

Las acciones de un malvado siguen un modelo de racionalidad: racionalidad perversa, si se quiere, pero al fin y al cabo racionalidad. El malvado quiere añadir un "más" a su cuenta. Puesto que no es suficientemente inteligente como para imaginar métodos con que obtener un "más" para sí, procurando también al mismo tiempo un "más"
para los demás, deberá obtener su "más" causando un "menos" a su prójimo. Desde luego, esto no es justo, pero es racional, y si uno es racional puede preverlo.
En definitiva, se pueden prever las acciones de un malvado, sus sucias maniobras y sus deplorables aspiraciones, y muchas veces se pueden preparar las oportunas defensas.

Con una persona estúpida todo esto es absolutamente imposible. Tal como está implícito en la Tercera Ley
Fundamental, una criatura estúpida los perseguirá sin razón, sin un plan preciso, en los momentos y lugares más impensables. No existe modo alguno racional de prever si, cuándo, cómo y por qué, una criatura estúpida llevará a cabo su ataque. Frente a un individuo estúpido, uno está completamente desarmado.

Puesto que las acciones de una persona estúpida no se ajustan a las reglas de la racionalidad, de ello se
deriva que:
a) generalmente el ataque nos coge por sorpresa;
b) incluso cuando se tiene conocimiento del ataque, no es posible organizar una defensa racional, porque el ataque, en sí mismo, carece de cualquier tipo de estructura racional.

El hecho de que la actividad y los movimientos de una criatura estúpida sean absolutamente erráticos e
irracionales, no sólo hace problemática la defensa, sino que hace extremadamente difícil cualquier contraataque -como intentar disparar sobre un objeto capaz de los más improbables e inimaginables movimientos-.

Esto es lo que tenían en la mente Dickens y Schiller al afirmar el uno que "con la estupidez y la buena digestión el hombre es capaz de hacer frente a muchas cosas", y el otro que "contra la estupidez hasta los mismos dioses luchan en vano".

Hay que tener en cuenta también otra circunstancia. La persona inteligente sabe que es inteligente. El
malvado es consciente de que es un malvado. El incauto está penosamente imbuido del sentido de su propia candidez. Al contrario que todos estos personajes, el estúpido no sabe que es estúpido. Esto contribuye poderosamente a dar mayor fuerza, incidencia y eficacia a su acción devastadora. El estúpido no está inhibido por aquel sentimiento que los anglosajones llaman self- consciusness.

Con la sonrisa en los labios, como si hiciese la cosa más natural del mundo, el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida y el trabajo, hacerte perder dinero, tiempo, buen humor, apetito, productividad, y todo esto sin malicia, sin remordimientos y sin razón. Estúpidamente.
 
 

Carlo M. Cipolla
LAS LEYES FUNDAMENTALES
DE LA ESTUPIDEZ HUMANA

miércoles, 13 de enero de 2016

ESTUPIDEZ Y PODER

Como ocurre con todas las criaturas humanas, también los estúpidos influyen sobre otras personas con intensidad muy diferente. Algunos estúpidos causan normalmente sólo perjuicios limitados, pero hay otros que llegan a ocasionar daños terribles, no ya a uno o dos individuos, sino a comunidades o sociedades enteras.

La capacidad de hacer daño que tiene una persona estúpida depende de dos factores principales.

Antes que nada depende del factor genético. Algunos individuos heredan dosis considerables del gen de la estupidez, y gracias a tal herencia pertenecen, desde su nacimiento, a la élite de su grupo.

El segundo factor que determina el potencial de una persona estúpida procede de la posición de poder o de autoridad que ocupa en la sociedad.

Entre los burócratas, generales, políticos y jefes de Estado se encuentra el más exquisito porcentaje de individuos fundamentalmente estúpidos, cuya capacidad de hacer daño al prójimo ha sido (o es) peligrosamente potenciada por la posición de poder que han ocupado (u ocupan). ¡Ah!, y no nos olvidemos de los prelados.

La pregunta que a menudo se plantean las personas razonables es cómo es posible que estas personas estúpidas lleguen a alcanzar posiciones de poder o de autoridad.

Las clases y las castas (tanto laicas como eclesiásticas) fueron las instituciones sociales que permitieron un flujo constante de personas estúpidas a puestos de poder en la mayoría de las sociedades preindustriales. En el mundo industrial moderno, las clases y las castas van perdiendo cada vez más su importancia.

Pero el lugar de las clases y las castas lo ocupan hoy los partidos políticos, la burocracia y la democracia.

En el seno de un sistema democrático , las elecciones generales son un instrumento de gran eficacia para asegurar el mantenimiento estable de la fracción de estúpidos entre los poderosos.

Hay que recordar que, según la Segunda Ley, una fracción de personas que votan son estúpidas, y las elecciones les brindan una magnífica ocasión de perjudicar a todos los demás, sin obtener ningún beneficio a cambio de su acción. Estas personas cumplen su objetivo, contribuyendo al mantenimiento del nivel de estúpidos entre las personas que están en el poder.
 

—Carlo M. Cipolla; LAS LEYES FUNDAMENTALES
DE LA ESTUPIDEZ HUMANA

sábado, 9 de enero de 2016

LA TERCERA LEY FUNDAMENTAL DE LA ESTUPIDEZ HUMANA (LEY DE ORO)

La Tercera Ley Fundamental presupone, aunque no lo enuncie explícitamente, que todos los seres humanos están incluidos en una de las cuatro categorías fundamentales: los incautos, los inteligentes, los malvados y los estúpidos.

La Tercera Ley Fundamental aclara explícitamente que:

Una persona estúpida es una persona que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio.

A la vista de esta Tercer Ley Fundamental, las personas racionales reaccionan instintivamente con escepticismo e incredulidad. El caso es que las personas razonables tienen dificultades para imaginar y comprender un comportamiento irracional.

Pero dejémonos de teorías y veamos qué es lo nos ocurre en la práctica en la vida diaria. Todos nosotros recordamos ocasiones en que, desgraciadamente estuvimos relacionados con un individuo que consiguió una ganancia, causándonos un perjuicio a nosotros: nos encontramos frente a un malvado.

También podemos recordar ocasiones en que un individuo realizó una acción, cuyo resultado fue una pérdida para él y una ganancia para nosotros: habíamos entrado en contacto con un incauto.

Igualmente nos viene a la memoria ocasiones en que un individuo realizó una acción de la que ambas partes obtuvimos provecho: se trata de una persona inteligente.

Tales casos ocurren continuamente. Pero si reflexionamos bien, habrá que admitir que no representan la totalidad de los acontecimientos que caracterizan nuestra vida diaria.

Nuestra vida está salpicada de ocasiones en que sufrimos pérdidas de dinero, tiempo, energía, apetito, tranquilidad y buen humor por culpa de las dudosas acciones de alguna absurda criatura a la que, en los momentos más impensables e inconvenientes, se le ocurre causarnos daños, frustraciones y dificultades, sin que ella vaya a ganar absolutamente nada con sus acciones. Nadie sabe, entiende o puede explicar por qué esta absurda criatura hace lo que hace.
En realidad, no existe tal explicación -o mejor dicho- sólo hay una explicación: la persona en cuestión es estúpida.
 
La mayor parte de las personas no actúa de un modo coherente.
En determinadas circunstancias esta misma persona puede comportarse como una incauta. La única excepción importante a la regla la representan las personas estúpidas que, normalmente, muestran la máxima tendencia a una total coherencia en cualquier campo de actuación.
 
 
Carlo M. Cipolla; "LAS LEYES FUNDAMENTALES
DE LA ESTUPIDEZ HUMANA"

¡SÍ SE PUEDE!

17:37 pm; 09-02-16
 
 
Hola, ¿cómo estás?

Hoy quiero compartirles algo de mi tarde.
¿Te has sentido depresivo?, ¿te has sentido enojado?, ¿te has sentido que no puedes más?

Si es así imagina la magnitud de estos sentimientos en una Persona con Discapacidad como yo. Pues bien, desde ayer por la noche no dormí bien, y hoy (después de lo poco que descansé) me desperté con esos sentimientos antes mencionados, y también con frustración, mal de amores (algo así como en la parábola del asno detrás de la zanahoria, que aunque pone todo su empeño y lo mejor que tiene para alcanzarla, nunca lo logra), entre otras cosas... 

Mi mañana no transcurrió nada bien ya que estaba fatigado, me dolía la cabeza y sólo pensaba en lo negativo (y haciendo esto es como si decretaras que todo el día va a estar mal y, S. U. C. E. D. E).
Lo rescatable fue que tuve el privilegio de degustar unos suculentos alimentos preparados por mi madre y el hecho que conversé con unas amigas (unas por whatsapp y otra por teléfono).

Por fin llegó la tarde y yo me encontraba de lo más encabronado e insoportable.
Convencional o Persona con Discapacidad, todos tenemos algún o algunos días así.

Aquí lo importante es:
¿Tú como afrontas esto? ¿con alcohol, con drogas, con cigarrillos, comiendo compulsivamente, desquitándote con los demás?

Mmmmm, yo debo confesar que soy un tanto iracundo y a veces me desquito con los demás, pero esta tarde fue diferente, hoy decidí hacerlo de otra manera. (Disculpen mis palabrotas)
¡Esta tarde decidí mandar todo a la mierda!

Encendí mi aparato reproductor de sonido, opté por escuchar música disco de los 70's y ese ritmo que me venía muy bien me fue inspirando...

Visualice mi costal de golpeo que tengo adaptado justo arriba de mi cabeza (para los que no me conocen aún, soy cuadriparesico y me paso un estimado de 300 a 305 días del año en cama) y empecé a calentar.
Así pasaron los minutos y las canciones.
De repente, veo a Gloria Gaynor en pantalla, "I will survive", me persigné y exclamé en susurro:
– Dios mío, ¡ayúdame! Va por ti, va por mí...
Unas lágrimas de impotencia brotaron de mis cancinos ojos y, ¡a darle con todo!

Con estruendo bárbaro sonaban los golpes, con una fuerza total (la cual he adquirido entrenando a lo largo de estas semanas desde el 8 de diciembre que me regalaron esta herramienta) asesinaba al costal.

Pegué y pegué por bastantes minutos, parando a descansar cada vez que terminaba I will survive (ignoro cuantas veces la repetí). Continué y continué hasta que mis manos adquirieron una tonalidad rojiza intensa, hasta que mis hombros pedían clemencia y ese veneno salió casi en su totalidad (el resto salió con lágrimas).

Tú "chavo (a)", tú hermano (a) con alguna discapacidad, tú convencional, ¿por qué no me imitas?
No evadas tu realidad con algo destructivo, ¡corre, grita, llora, golpea (aunque sea una almohada), canta, baila, muévete (dentro de tus posibilidades si es que tienes alguna discapacidad), ora!
Pero, POR FAVOR SE CONSTRUCTIVO.
Gracias.

P. D. ¡Arriba, Ánimo y Adelante! SI YO PUEDO, ¡TÚ PUEDES MÁS!

–Christian Alberto Hernández Vargas; "Pensando"–

SEGUNDA LEY FUNDAMENTAL DE LA ESTUPIDEZ HUMANA

LA SEGUNDA LEY FUNDAMENTAL

Las tendencias culturales que prevalecen hoy en día en los países occidentales favorecen una visión igualitaria de la humanidad. Se prefiere pensar en el hombre como el producto de masa de una cadena de montaje perfectamente organizada. La genética y la sociología, sobre todo, se esfuerzan por probar, con una cantidad impresionante de datos científicos y formulaciones, que todos los hombres son iguales por naturaleza, y que si algunos son más iguales que otros, esto ha de ser atribuido a la educación y al ambiente social, y no a la Madre Naturaleza.

Se trata de una opinión extendida que personalmente no comparto. Tengo la firme convicción, avalada por
años de observación y experimentación, de que los hombres no son iguales, de que algunos son estúpidos y otros no lo son, y de que la diferencia no la determinan fuerzas y valores culturales sino los manejos biogenéticos de una inescrutable Madre Naturaleza. Uno es estúpido del mismo modo que otro tiene el cabello rubio, u; uno pertenece al grupo de los estúpidos como otro pertenece a un grupo sanguinario, en definitiva, uno nace estúpido por designo inescrutable e irreprochable de la Divina Providencia.

Aunque estoy convencido de que una fracción de seres humanos es estúpida, y de que lo es por
designio de la Providencia, no soy un reaccionario que pretende introducir de nuevo furtivamente discriminaciones de clase o de raza. Creo firmemente que la estupidez es una prerrogativa indiscriminada de todos y de cualquier grupo humano, y que tal prerrogativa está uniformemente distribuida según una proporción constante.

Este hecho esta expresado científicamente en la Segunda Ley Fundamental, que dice que:

La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona.

A este propósito, la Naturaleza parece realmente haberse superado a sí misma. Es archisabido que la
Naturaleza, de un modo más bien misterioso, actúa de tal manera que mantiene constante la frecuencia relativa de ciertos fenómenos naturales. Por ejemplo, tanto si los hombres se reproducen en el polo norte como en el ecuador, si las parejas que se unen son desarrolladas o subdesarrolladas, si son negras, rubias o amarillas, la proporción varón-mujer entre los recién nacidos es constante, con un ligero predominio de los varones. No sabemos de qué manera la Naturaleza obtiene este extraordinario resultado. Pero sabemos que para obtenerlo debe operar con grandes números.

El hecho extraordinario acerca de la frecuencia de la estupidez es que la Naturaleza consigue actuar de tal modo que esta frecuencia sea siempre y dondequiera igual a la probabilidad de estupidez, independientemente de la dimensión del grupo, y de que se dé el mismo porcentaje de personas estúpidas, tanto si se someten a examen grupos muy amplios como grupos reducidos. Ningún otro tipo de fenómenos objeto de observación ofrece una prueba tan singular del poder de la Naturaleza.

La prueba de que la educación y el ambiente social no tienen nada que ver con la probabilidad de estupidez nos la han proporcionado una serie de experimentos llevados a cabo en muchas universidades del mundo.

Podemos clasificar la población de una universidad en cuatro grandes grupos: bedeles, empleados, estudiantes y cuerpo docente.

Cada vez que se analizó el grupo de bedeles se halló que una fracción eran estúpidos. Teniendo en cuenta que el valor de estupidez era más elevado de lo que se esperaba (Primera Ley Fundamental), se juzgó, de entrada, pagando el tributo a las modas en curso, que era debido a la pobreza de las familias de las que generalmente proceden los bedeles, y también a su escasa instrucción. Pero al analizar los grupos más elevados se encontró que el mismo porcentaje dominaba también entre los empleados y los estudiantes. Más impresionante todavía fueron
los resultados obtenidos entre el cuerpo docente.

Tanto si se analizaba una universidad grande como una pequeña, un instituto famoso o uno desconocido, se encontró que la misma fracción de profesores estaba formada por estúpidos. Fue tal la sorpresa ante los resultados obtenidos que se resolvió extender las investigaciones a un grupo especialmente seleccionado, a una auténtica "élite", a los galardonados con el premio Nobel. El resultado confirmó los poderes supremos de la Naturaleza: una fracción de los premios Nobel estaba constituida por estúpidos.

Este resultado es difícil de aceptar y de digerir, pero existen demasiadas pruebas experimentales que
confirman básicamente su validez. La Segunda Ley Fundamental es una Ley de hierro, y no admite excepciones.

El Movimiento para la Liberación de la Mujer apreciará en todo su valor la Segunda Ley, por cuanto esta ley demuestra que los individuos estúpidos son proporcionalmente tan numerosos entre los hombres como entre las mujeres. La población de los países del Tercer Mundo hallará consuelo en esta Segunda Ley, en la medida en que  demuestra que los pueblos llamados "desarrollados" no son al fin y al cabo tan desarrollados.

Guste o no guste esta Segunda Ley Fundamental, en cualquier caso sus implicaciones son diabólicamente inevitables. Tanto si uno se dedica a frecuentar los círculos elegantes como si se refugia entre los cortadores de cabezas de Polinesia, si se encierra en un monasterio o decide pasar el resto de su vida en compañía de mujeres hermosas y lujuriosas, persiste el hecho de que deberá enfrentarse al mismo porcentaje de gente estúpida, porcentaje que (de acuerdo con la Primera Ley) superará siempre las previsiones más pesimistas.
 
 
"Carlo M. Cipolla; LAS LEYES FUNDAMENTALES
DE LA ESTUPIDEZ HUMANA"

viernes, 8 de enero de 2016

PRIMERA LEY DE LA ESTUPIDEZ HUMANA

La humanidad se encuentra (y sobre esto el acuerdo es unánime) en un estado deplorable. Ahora bien, no se trata de ninguna novedad. Si uno se atreve a mirar hacia atrás, se da cuenta de que siempre ha estado en una situación deplorable. El pesado fardo de desdichas y miserias que los seres humanos deben soportar, ya sea como individuos o como miembros de la sociedad organizada, es básicamente el resultado del modo extremadamente improbable (y me atrevería a decir estúpido) como fue organizada la vida desde sus comienzos.

Desde Darwin sabemos que compartimos nuestro origen con las otras especies del reino animal, y todas las especies -ya se sabe- desde el gusanillo al elefante tienen que soportar sus dosis cotidianas de tribulaciones,
temores, frustraciones, penas y adversidades.
Los seres humanos, sin embargo, poseen el privilegio de tener que cargar con un peso añadido, una dosis extra de tribulaciones cotidianas provocadas por un grupo de personas que pertenecen al propio género humano. Este grupo es mucho más poderoso que la Mafia, o que el complejo industrial-militar, o que la Internacional Comunista.
Se trata de un grupo no organizado, que no se rige por ninguna ley, que no tiene jefe, ni presidente, ni estatuto, pero que consigue, no obstante, estar en perfecta sintonía, como si estuviese guiado por una mano invisible, de tal modo que las actividades de cada uno de sus miembros contribuyen poderosamente a reforzar y ampliar la eficacia de la actividad de todos los demás miembros.
 
 
 
PRIMERA LEY FUNDAMENTAL

La primera Ley Fundamental de la estupidez humana afirma sin ambigüedad que:
Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo.

A primera vista la afirmación puede parecer trivial, o más bien obvia, o poco generosa, o quizá las tres cosas a la vez. Sin embargo, un examen más atento revela de lleno la auténtica veracidad de esta afirmación.

Considérese lo que sigue.
Por muy alta que sea la estimación cuantitativa que uno haga de la estupidez humana, siempre quedan estúpidos, de un modo repetido y recurrente, debido a que:

a) personas que uno ha considerado racionales e inteligentes en el pasado se revelan después, de repente,
inequívoca e irremediablemente estúpidas;

b) día a día, con una monotonía incesante, vemos cómo entorpecen y obstaculizan nuestra actividad individuos obstinadamente estúpidos, que aparecen de improviso e inesperadamente en los lugares y en los
momentos menos oportunos.

La Primera Ley Fundamental impide la atribución de un valor numérico a la fracción de personas estúpidas
respecto del total de la población: cualquier estimación numérica resultaría ser una subestimación.
 
 
"Carlo M. Cipolla; LAS LEYES FUNDAMENTALES DE LA ESTUPIDEZ HUMANA"